En un estudio previo publicado el año pasado, los autores habían descrito un mayor riesgo de depresión y ansiedad en aquellas personas que durante su infancia recibían algún tipo de maltrato físico a modo de castigo.
En esta ocasión, se volvieron a analizar los datos recogidos en 2004 y 2005 del Censo de Estados Unidos, en el que encuestaron a más de 34.000 adultos de todo el país y se les preguntó si sus padres u otros adultos en el hogar les empujaron, abofetearon o golpearon a modo de castigo cuando eran niños. Asimismo, también informaron de sus condiciones de salud actuales.
Cerca de 1.300 personas denunciaron haber sido castigados físicamente, al menos, "a veces" y sin abuso o negligencia física o emocional más extrema. En comparación con las personas que no fueron castigados físicamente cuando eran niños, se observó que eran más propensos a padecer al menos alguna patología crónica.
En concreto, los participantes eran un 25 por ciento más propensos a tener artritis y el 28 por ciento eran más propensos a tener enfermedad cardiovascular.
Pero el mayor riesgo que se presentaba era el sobrepeso, ya que hasta un 31 por ciento de los afectados por un castigo físico eran obesos.
Fuente: europapress.es
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