Tu alimentación tiene un papel muy importante dentro de tu vida. Ya que tiene un impacto en tu salud, tanto física como mental.
Por esto te presentamos algunos sencillos, pero valiosos hábitos alimenticios saludables que pueden contribuir a mejorar tu vida.
Sigue estos consejos para alcanzar una alimentación más saludable:
Incluye la mayor variedad de grupos de alimentos para conformar tus comidas, de esta forma se garantiza que tu alimentación cubra la mayor parte de la variedad de nutrimentos y así sea equilibrada.
Desayuna
todos los días y de la forma más completa posible, esto es, no se debe saltar un desayuno que incluya lácteos descremados, cereales y frutas, y dedicársele al menos
entre 15 y 20 minutos.
Los cereales como pan, arroz, pasta, especialmente los integrales, las papas y legumbres deben constituir la base
de tu alimentación y representar aproximadamente una
tercera parte de los alimentos ingeridos diariamente.
El consumo diario de frutas,verduras y legumbres
debe de alcanzar al menos 400 g/día. Esto significa que
se deben consumir como mínimo, cinco raciones al día de
estos alimentos.
El aporte proteico debe comprender entre 10 y 15% de las calorías totales de la dieta, tratando en la mayor parte de las comidas de combinar proteínas de origen animal y vegetal.
Es sumamente recomendable que las grasas no ocupen más allá de 30% de los alimentos diarios. Algo muy importante es que debe reducirse la ingesta de grasas de origen animal como mantequilla, embutidos, queso, etcétera.
Reducir al mínimo el consumo de productos ricos en azúcares y carbohidratos simples como golosinas, dulces y refrescos.
Minimiza la sal en todos los alimentos, y cuando la utilices, prefiere la sal yodada.
El aporte proteico debe comprender entre 10 y 15% de las calorías totales de la dieta, tratando en la mayor parte de las comidas de combinar proteínas de origen animal y vegetal.
Es sumamente recomendable que las grasas no ocupen más allá de 30% de los alimentos diarios. Algo muy importante es que debe reducirse la ingesta de grasas de origen animal como mantequilla, embutidos, queso, etcétera.
Reducir al mínimo el consumo de productos ricos en azúcares y carbohidratos simples como golosinas, dulces y refrescos.
Minimiza la sal en todos los alimentos, y cuando la utilices, prefiere la sal yodada.
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