Un índice de masa corporal (IMC) de 40 o más anticipó la cesárea tras
una prueba de trabajo de parto. Y por cada 10 puntos de IMC por encima
de 40, la posibilidad de tener el parto por vía vaginal disminuía un 40
por ciento.
El IMC es una medición del peso en relación con
la estatura. Cuando el indicador supera el nivel de 30, la persona es
considerada obesa. Un IMC por encima de 40 indica que se trata de
obesidad mórbida o de grado III.
"La clave en estas pacientes
con obesidad de grado III es el asesoramiento", dijo el doctor Haywood
Brown, del Centro Médico de la Duke University, en Durham, Carolina
del Norte.
El equipo de Brown, cuyos resultados aparecen
publicados en American Journal of Obstetrics and Gynecology, recomienda
orientar a las mujeres obesas durante el período prenatal para que no
engorden más de 9 kilogramos (kg), como indican las guías del
Instituto de Medicina. Más que eso eleva el riesgo de tener que
realizar una cesárea.
Además, Brown aconseja "evitar la
inducción del trabajo de parto cuando el cuello uterino es desfavorable
porque esto aumenta aún más la necesidad de la cesárea. Muchas de
estas mujeres necesitarán la inducción del trabajo de parto por otras
complicaciones gestacionales, como la hipertensión y la diabetes,
comunes con la obesidad".
El equipo analizó información de
357 mujeres obesas que tuvieron un parto con más de 34 semanas de
gestación; 248 habían optado por una prueba de trabajo de parto y el 35
por ciento tuvo una cesárea por las complicaciones.
Dos
tercios de las mujeres tuvieron un parto por vía vaginal. La tasa de
éxito disminuía a medida que aumentaba el IMC: el 68,4 por ciento con
un IMC de entre 40 y 50; el 65,6 por ciento con un IMC entre 50,1 y 60,
y el 36,8 por ciento con un IMC superior a 60. Estas diferencias
fueron estadísticamente significativas.
Además del IMC, la
menor edad, la cantidad de hijos y una mayor dilatación al momento de
la internación también estuvieron independientemente asociadas con la
posibilidad de tener un parto vaginal.
Brown comentó que es
seguro probar el trabajo de parto aun en mujeres con un IMC de más de
60, pero agregó que las pacientes "deberían conocer que el riesgo
aumenta según el rango de obesidad, como muestra el estudio".
Los autores estiman que un 8 por ciento de las mujeres en edad reproductiva tiene obesidad de clase III.
Aún
se desconoce la causa de esta asociación entre el IMC y el parto por
cesárea. Algunos coautores están estudiando el papel de la oxitocina y
sus receptores durante el parto en modelos animales de obesidad.
Fuente: American Journal of Obstetrics and Gynecology, online 26 de julio del 2013
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